Image

“Come, Lord Jesus, Be our Guest”
Sunday, December 6, 2015
by Bill Cotton   revcottonhill@hotmail.com

 
“Sing and rejoice, O daughter of Zion: for lo, I come and I will dwell in the midst of you, says the Lord. And many nations shall join themselves to the Lord in that day, and shall be my people; and I will dwell in the midst of them.”  Zechariah 2:10-11
 
What does it mean to say that God comes? As a teenager I heard those words in a threatening way. Somehow the preacher made it appear as threat rather than promise as if to say, “Be nice or God’s going to get you!” Sometimes I would imagine God sitting up in the Milky Way—always an old man with white beard and somehow one to be feared. The adolescent experience brings with it some really weird thinking about life. That may be why adults voice the lament regarding the child—“Will he ever grow up?”—meaning, able to see life and its choices as we adults see things.  

As I grew older I decided that really there was no place for God to come from. We learned that there was no up or down—there simply was out there. Then I decided that God is nowhere and everywhere--this One who fills all things and is contained in none. 

In seminary I had as a teacher, a wise old man named Fred Gealy. He told us that we live only as God comes forth to meet us, bringing again and again the fresh gift of life. Always we live toward the future.  It is not enough to live out of our past experience. That would be like living tomorrow on the food that we had yesterday. Every day is meant to be a day of Advent—with a fresh supply of grace richly provided and immediately at hand.

My old teacher also believed that God comes against the world. “Who indeed shall abide the day of God’s coming—who shall stand when this one appears—this one like the refiners fire?”

These days with the attack on France, it would be easy to fall back into old fears and thinking about the future. Already political leaders are doing just that. We will now see the stranger in our midst as enemy rather than friend and not to be trusted. 

Yet according to Matthew’s Gospel, God came to us in the form of the stranger who had no place. Somehow the birth of Jesus as perfect goodness was a great threat to King Herod, and he will cause Jesus to become a refugee who must flee for his life.

The birth of Jesus as homeless and hunted child of promise, who is immediately rejected by the world, ought to teach us something regarding how to see the stranger in our midst. 

I remember a governor who didn’t cave in to his fears, but opened Iowa up as a place of refuge for the boat people of Vietnam. Governor Robert Ray stood alone among his governor friends and simply did the right thing. And the people of Iowa learned about real hospitality. Does love still cast out all fear? This Advent season can be a teachable moment for all of us. Listen to the angels in Luke’s gospel: “Fear not, I bring tidings of great joy, for in the city of David you will find a rejected child, even so the Savior of the world.” Let this be a sign for all of us as we preach the Advent sermons.
    
Prayer: God, why didn’t your coming make it easier for us to believe?  Why indeed, this business of a homeless child wrapped in the world’s great poverty? God, You drive a hard bargain for some of us who simply wish for bad news to go away, so we can get on with those visions of sugarplums and stuff.  Lord, we believe, help us in our unbelief.
Amen
 
 


 

“Ven, Señor Jesús, sea nuestro invitado”

Domingo 6 diciembre, 2015

por Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com 

 

“Canta y alégrate, hija de Sión, porque yo vengo a habitar en medio de ti, ha dicho Jehová.  Muchas naciones se unirán a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y habitaré en medio de ti.”  Zacarías 2:10-11

    ¿Qué significa decir que Dios viene?  Como adolescente oí estas palabras en una manera amenazadora.  En alguna manera el predicador lo hizo aparecer como amenaza en vez de promesa, como decir “Que seas bueno o Dios va venir a castigarte.”  Algunas me imaginaba a Dios sentando en la Vía Láctea – siempre un hombre viejo con barba vieja y siempre alguien que debe ser temido.  La experiencia adolescente trae consigo unos pensamientos sobre la vida verdaderamente extraños.  Es posible que eso es por qué los adultos lamentan acerca del adolescente, “¿Es que jamás será adulto?” – significando capaz de ver la vida y sus opciones como nosotros los adultos vemos cosas.

    Como crecí con más años decidí que de verdad no había lugar de donde Dios viene.  Aprendimos que no había arriba y abajo – simplemente espacio.  Entonces decidí que Dios no está en ninguna parte y está en todas partes – Éste que llena todas cosas y es contenida en ninguna de ellas.

    En el seminario tuve como profesor, un hombre viejo y sabio nombrado Fred Gealy.  Nos dijo que vivimos solamente como Dios viene a encontrarse con nosotros, trayéndonos una vez y otra el don nuevo de la vida.  Vivimos siempre hacia el futuro.  No es bastante vivir fuera de nuestra experiencia del pasado.  Eso sería como el vivir mañana con la comida que tuvimos ayer.  Cada día debe ser un día de Adviento – con un don nuevo de gracia proveída ricamente y disponible inmediatamente.

    Mi profesor antiguo también creía que Dios viene contra el mundo.  “¿Quién podrá soportar el tiempo de su venida?  ¿Quién podrá estar en pie cuando él se manifieste?  Porque él es como fuego purificador.”

    Estos días con el ataque en Francia, sería fácil volver a los temores viejos y los pensamientos acerca del futuro.  Los líderes políticos ya hacen exactamente eso.  Ahora veremos al extranjero entre nosotros como enemigo en vez de amigo y como alguien en quien no debemos tener confianza.

    Pero según el Evangelio de Mateo, Dios vino a nosotros en la forma de un extranjero quien no tuvo ningún lugar.  En alguna manera el nacimiento de Jesús como la bondad perfecta era una gran amenaza al Rey Herodes, y causará que Jesús se haga refugiado quien tiene que huir por su vida.

    El nacimiento de Jesús como niño de promesa pero sin techo y perseguido, quien es rechazado inmediatamente por el mundo, debe enseñarnos algo acerca de cómo vemos el extranjero entre nosotros.

    Recuerdo a un gobernador quien no dejó que sus temores ganaran, sino que abrió a Iowa como lugar de refugio para las personas en barcos de Vietnam.  El Gobernador Robert Ray se puso solo entre sus gobernadores amigos y simplemente hizo la cosa correcta.  Y la gente de Iowa aprendió acerca de la hospitalidad verdadera.  ¿Es que todavía el perfecto amor echa fuera el temor?  Esta temporada de Adviento puede ser un momento educable para todos nosotros.  Escuchen a los ángeles en el evangelio de Lucas: “No temáis, porque yo os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:  que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.”  Que sea esto un signo para todos nosotros como predicamos estos sermones de Adviento.

 

Oración: Dios, ¿por qué es que su advenimiento no lo hizo más fácil que creamos?  De verdad, ¿esto de un niño sin techo envuelto en la gran pobreza del mundo?  Dios, regateas mucho y demandas mucho para algunos de nosotros quienes simplemente queremos que desaparezcan las malas noticias, para que podamos comenzar con las visiones de ciruelas dulces y todo lo demás.  Señor, creemos, ayúdanos en nuestra incredulidad. 

Amén.