“Where Indeed is Wisdom to be Found?”
Sunday, September 13, 2015
Proverbs 3:13-18
by Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com
“Wisdom, She is a tree of life for those who hold her fast.”
It is September and time to catch the kids, get them into Sunday School, and it wouldn’t hurt if old Dad came along too. I know, many think Sunday School is old hat, a quaint thing of the past, but it is the only place I know where we might add a new diminsion to living by taking a fresh look at the Scriptures. Here is what Soren Kierkegaard had to say about the Bible:
“Let’s say that you receive a letter and are told that if you read and understand it perfectly, you will live forever and never have to be afraid. You must understand it completely and there are a number of pages with small print. Well you would pour over those words, analyze, ask friends for interpretation—not rest until you have the essence of it.
So you learn the exact meaning of the text but you still do not understand—the meaning escapes you—but then just when you have given up on the meaning—a great unexplainable mystery occurs—something or someone speaks to you—you didn’t hear a sound but now you know—you feel spoken to by the Word—there is confidence—you can go on—you discover that you are no longer afraid of life or death and you find yourself at peace with yourself, your neighbor, and God. Trust the Bible. When that happens to you, you have discovered the Word of God.*
Mostly we try to explain divine mystery away because we wish to be in control of our lives. Take the call to ministry, for instance. When I was in the Army and sleeping in on Sundays, I was volunteered to drive the Chaplain around to the different outposts so he could conduct worship services. The Chaplain was a Captain, and a Pentecostal preacher. I was a Corporal and a Methodist. Those were tough days because the guy was trying very hard to get me saved. And he really believed the Bible was the Word of God, too.
On Sunday evenings we would stop by an orphanage made up of children of GIs who were abandoned when the soldiers went home. Out of that experience I began to think about my life, and to protect myself, I began to read the Bible. Later I was embarrassed to report that my call to ministry had something to do with a “born-again” (what we would call a Bible-toting holy roller) chaplain and some abandoned Asian kids. In the process, the Bible also began to make sense. Something happened to me that I can’t explain, but I knew what I wanted to do. I have felt that I was spoken to in this experience, even if there were no words—and I was a hard case. Perhaps if we read the Bible we will discover that it is reading us. Go figure!
*From the Parables of Kierkegaard, edt. by Thomas Oden, p.56 (with tiny Cotton addition), Princeton Paperbacks.
Prayer
Dear God, thank you for all who teach Sunday after Sunday, world without end. Give to these special saints the assurance that what they do and say is the very soil in which your Word can grow and flourish. Amen
“De verdad, ¿dónde se puede encontrar la sabiduría?”
Domingo 13 de septiembre, 2015
Proverbios 3:13-18
Por Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com
“Sabiduría, es árbol de vida para los que de ella echan mano, y bienaventurados son los que la retienen.”
Es septiembre y ya es hora de agarrar a los niños, traerlos a la Escuela Dominical, y sería bueno si el papá viniera también. Ya sé, muchos creen que la Escuela Dominical es algo anticuado, una cosa curiosa del pasado, pero es el único lugar que yo conozco donde podemos añadir una nueva dimensión a la vida por tomar una mirada fresca a las Escrituras. He aquí lo que Soren Kierkegaard dijo acerca de la Biblia:
“Digamos que Ud. recibe una carta y le dicen que si Ud. la lee y la comprende perfectamente, vivirá para siempre y jamás tendrá que temer. Debe comprenderla completamente y hay numerosas página con letra pequeña. Pues, estudiaría estas palabras, las analizaría, les pediría interpretación a sus amigos – no descansaría hasta que tenga la esencia de ella.
Así que aprende el significado exacto del texto pero todavía no comprende – el significado le escapa – pero entonces, cuando ha perdido esperanza de encontrar el significado – un gran misterio inexplicable ocurre, algo o alguien habla a Ud. – no oyó ni un sonido, pero ahora ya sabe – siente que la Palabra le ha hablado – hay confianza – puede continuar – descubre que ya no tiene miedo de vida ni de muerte y se encuentra en paz con Ud. mismo, con su prójimo, y con Dios. Confíe en la Biblia. Cuando eso le pasa a Ud., ha descubierto la Palabra de Dios.”*
Mayormente tratamos de justificar el misterio divino porque queremos estar en control de nuestras vidas. Tome el llamado al ministerio, por ejemplo. Cuando estaba en el ejército y durmiendo tarde los domingos, me hicieron voluntario para manejar al Capellán a puestos diferentes para que pudiera hacer servicios de culto. El Capellán era Capitán, y un predicador Pentecostal. Yo era Cabo y Metodista. Eran días difíciles porque este tipo trató mucho para salvarme. Y de verdad él creía que la Biblia era la Palabra de Dios también.
Los domingos por la noche parábamos en un orfanato con los hijos de soldados quienes habían sido abandonados cuando los soldados regresaron a casa. De esa experiencia comencé a pensar acerca de mi vida y para protegerme comencé a leer la Biblia. Más tarde, estaba mortificado reportar que mi llamado al ministerio tenía algo que hacer con un capellán renacido (lo que nosotros llamaríamos uno que lleva su Biblia y va rodando en el pasillo) y con unos niños asiáticos abandonados. En el proceso, la Biblia comenzaba a tener sentido. Algo me ocurrió que no puedo explicar, pero sabía lo que quería hacer. He sentido que recibí un mensaje en esta experiencia – aún si no hubiera palabra – y yo era un caso difícil. Tal vez si leemos la Biblia descubriremos que nos lee a nosotros. ¿Cómo puede ser?
*De las Parábolas de Kierkegaard [Parables of Kierkegaard], ed. por Thomas Oden, p. 56 (con adición de Cotton), Princeton Paperbacks.
Oración
Querido Dios, gracias por todos los que enseñan domingo tras domingo, mundo sin fin. Dales a estos santos especiales la certeza que lo que hacen y lo que dicen es la misma tierra en la cual tu Palabra puede crecer y florecer. Amén.
