July 19, 2015 - Psalm 23

by Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com

 

 

Preaching the 23rd Psalm is hard work. After all, everyone who has been to a funeral can recite it. But last evening I learned a new thing about this Psalm. The nice part about re-reading the well known scriptures is that one day these words might just read you. Psalm 23 ends with “surely goodness and mercy shall follow me all the days of my life.” But investigation of the word “follow” actually means pursue. One is pursuing us—to offer good gifts. This put me to thinking of FrancisThompson’s great poem “The Hound of Heaven”:

 

 

My question is, why do we flee from the giver of life? Is new life too much for us who are reminded every day of the reality of death? Are we like some prodigal son/daughter who doesn’t know yet that he/she can go home? Look, people, wake up! The Psalm is trying to tell us something. Each of us is being pursued. Some will say, “I have done/seen enough. Just gonna lay the burden of living down.”  But listen to the shepherd—God is in hot pursuit of you. There is something left to do that has your name on it.

 

I watch kids waiting around for some miracle. Wake up, child, you are being pursued. God is the miracle worker! For some of us, life is so ordinary that we gave up on newness. For others among us, we wouldn’t recognize a new thing simply because we are afraid to look. Paul speaks of hoping beyond hope. What could that mean except to look one more time.

 

July 19 is my birthday. And I have the opportunity to write a third book at my age. I will be 82. Given my age, I was not so sure about  the project. But then Jan tells me that age is just a number! I think that is wisdom, and I do feel good.  

 

I have beaten the actuary age prediction, my insurance company is losing money on me, and I probably will receive more from Social Security than I paid in. I know how King David must have felt when he penned, “Surely goodness and mercy will follow (pursue) me all the days of my life.”  

 

Some time ago, Jan and I attended a concert in Minneapolis to hear daughter Lauren’s choir sing songs whose theme grew out of the great Mississippi River experience. Near the conclusion they sang Proud Mary:

 

 

Somehow that was the word that I needed to hear and I do believe that the Good Shepherd is in hot pursuit of all of us. Go figure!

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“En caza cercana”

 

1 Jehová es mi pastor, nada me faltará. 
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. 
3 Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 
6 Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días. 

El predicar Salmo 23 es trabajo duro.  Pues, todos que han asistido a un funeral pueden recitarlo.  Pero ayer por la noche aprendí una cosa nueva acerca de este salmo.  La parte buena acerca de leer otra vez las escrituras bien conocidas es que un día es posible que estas palabras te leen a ti.  Salmos 23 termina con “ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida.”  Pero, investigación de la palabra “seguir” de verdad significa perseguir.  Uno nos persigue – para ofrecer dones buenos.  Esto me puso a pensar en el gran poema de Francis Thompson “El Perro de Caza del Cielo”:

Huí de Él, por las noches y por los días;
Huí de Él, por los arcos de los años;
Huí de Él, por los caminos laberínticos
De mi propia mente;
y en el medio de lágrimas me escondía de Él.

Mi pregunta es, ¿por qué huimos del gran dador de la vida?  ¿Es la vida nueva demasiado para nosotros quienes somos acordados diariamente de la realidad de la muerte?  ¿Somos como algún/a hijo/a pródigo/a quien todavía no sabe que puede regresar a casa?  Miren – ¡que se despierten!  El Salmo trata de decirnos algo.  Cada uno de nosotros es perseguido.  Algunos dirán, “He visto/hecho bastante.  Simplemente voy a dejar la carga de vivir.”  Pero escuche al pastor – Dios está en caza cercana a Ud.  Todavía algo más que hacer que tiene el nombre de Ud.

Miro a niños esperando que algún milagro ocurra.  Despierta, niño, te persigue. !Dios es el taumaturgo!  Para algunos de nosotros, la vida es tan ordinaria que creemos que la novedad no es posible.  Para otros entre nosotros, no podríamos reconocer una cosa nueva simplemente porque tememos mirar.  Pablo habla de esperar más allá de la esperanza.  ¿Qué puede significar sino mirar una vez más?

El 19 de julio es mi cumpleaños.  Y tengo la oportunidad de escribir tercer libro aún a mi edad.  Tendré 82 años.  Dado mi edad, no estaba tan seguro acerca del proyecto.  Pero entonces, ¡Jan me dice que la edad es simplemente un número!  Creo que eso es sabiduría, y sí me siento bien.

Ya he pasado la predicción actuaria, mi compañía de aseguranzas ya pierde dinero conmigo, y probablemente recibiré más dinero de la Seguridad Social que pagué.  Sé cómo debía haber sentido el Rey David cuando escribió, “Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán (perseguirán) todos los días de mi vida.”

Hace tiempo, Jan y yo asistimos a un concierto en Minneapolis para oír al coro de su hija Lauren cantando canciones cuyo tema creció de la experiencia del Río Misisipí.  Cerca de la conclusión cantaron María Orgullosa [Proud Mary]:

“Rueda grande sigue girando
María Orgullosa sigue quemando
Navegando, navegando, navegando en el río,
Sí, estamos navegando, navegando, navegando
así que vengan al río.”

 En alguna manera ésa era la palabra que necesitaba oír y sí que creo que el Buen Pastor está en caza cercan a todos nosotros. ¡Cómo es posible!