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“Joy Still Comes in the Morning”

First Sunday in Christmastide

December 28, 2014 

Isaiah 61:10-62:3; Luke 2:22-40; Ps 30

By Bill Cotton  revcottonhill@hotmail.com

According to Luke, two old folks, Simeon and Anna have been waiting in the Temple for a long, long time. Unlike some of the young ones, they had become patient with time. Perhaps they had read Isaiah. Or does the process of aging provide a perspective that allows an unanxious presence to grow? We old ones know about waiting. Actually, we know what the Psalm teaches, “…his favor is for a life time! Weeping may linger for the night, but joy comes with the morning.” Ps 30. 

Old age is a bother for some. But, I find myself wondering why does the Creator allow us to live 20, 30 years after menopause?

Some believe that wisdom develops with age. But I have known and experienced some really old fools. And the young ones that I know, especially our grandchildren, are wise in ways that I cannot even imagine. 

Lincoln once was asked how long it took to write the Gettysburg Address, 258 words. He replied, “All of my life.” Perhaps good character does indeed take time to build. That might be a reason for old age. God grants us time.

The season of Advent, a month of waiting, was indeed a preparation—a way to see that life that was promised actually did/does happen. Simeon and Anna certainly were not disappointed. Christ was born and became a reality in their/our lives.

During this season our family has been occupied with waiting and suffering. The season brought joy in that I was able to baptize Joshua our first great-grandchild. But our joy was not as full as we would have liked because the shadow of cancer invaded our family. Joshua’s grandma is fighting the good fight and winning. Cancer is the long night—and we wait in hope for unspeakable joy in the morning. And while we wait, we try to keep a good sense of humor, go about the business of work, watch and pray.

Actually we simply get on with life—anger is permitted—aimed in the right direction. We will not give in to the evil shadow, knowing that love understood, drives out all fear.
I love that Christmas word from old Karl Barth:
“The world was lost and Christ was Born,
Rejoice O Christendom!”*
 
*Dogmatics in Outline, Oxford Press, 1946


“A la mañana todavía vendrá la alegría”

Primer domingo después de la Navidad

28 de diciembre, 2014

Isaías 61:10-62:3; Lucas 2:22-40, Salmos 30

por Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com

Pues, casi es la hora.  María y José, según Lucas, no pueden encontrar ningún lugar sino un establo.  La partera está aquí, y supongo que los hombres están afuera hirviendo agua. 

Según la historia de Lucas, los pastores, en las colinas vigilando a su rebaño, de repente son rodeados con una multitud de las huestes celestiales – no es unos cuantos ángeles, tenía que ser una multitud – es lo que se nombra a tantos como diez ángeles.  Es como en inglés se usan varias palabras para un grupo de animales – un orgullo de leones, o un grupo de poca monta de perritos, o Una Exaltación de Alondras.* Una multitud de las huestes celestiales visita a cierto pastores pobres – y aunque el himno reporta que había un estrella, Lucas no sabe nada de eso.  Mayormente Lucas desea que sepamos que los más pobre de los pobres, la gentuza – y eso es lo que los pastores eran, fueron incluídos y aún recibieron primero las buenas nuevas.  En lenguaje teológico, los con nada sino la necesidad reconocerán a Jesús como la esperanza del mundo.

La historia de la Navidad en Mateo para no saber nada de los pastores.  En vez de eso, faraones sabios del Oriente quien han estado siguiendo una estrella pasan por el palacio del Rey Herodes para informarle por qué pasan por allá, buscando al niño prometido.  Herodes no tiene conocimiento de tal suceso – pero la idea de un rival por su trono lo ofenda un poco.  Los Reyes tienen mucho poder, pero siempre mira atrás para ver quien está pensando en tomar su silla.  Así que, Herodes quiere que los visitantes reporten lo que encuentren.

Como va la historia, los faraones visitan el pesebre.  Cómo sabemos que hay tres es un misterio – excepto que hay tres regalos – oro, incienso, y mirra.  (Este trozo de la historia ha causado gratitud eterna de Macy’s.)  Garrison Keillor reporta que la Sociedad de Mujeres en la Iglesia Luterana en Lake Wobegon se preguntaban que podría ser mirra.  Por fin decidieron que era una comida, tal vez un guiso con hamburguesa – pues hacía frío en aquel establo, y un guiso serviría muy bien, y dejan instrucciones, “favor de devolver la cacerola.”  Pero, me estoy apartando del tema.  Los sabios honran al Rey Jesús y se van por otro camino.

Juan relatará otra historia de la Navidad en una manera totalmente diferente.  Creo que el escritor desea que sepamos que hay algo más que cosas terrenales ocurriendo.  Juan conectará el nacimiento – la Palabra hecha Carne como la nueva Creación – el Dios quien cantó la creación en existencia, todavía está creando – trae Luz y vida a todos – En el silencio de la eternidad, una Palabra es hablada, una luz brilla, y sabemos que no estamos solos.

Pablo, como Marcos, no comparte una historia de la Navidad.  Pues, tal vez podamos encontrar una en Pablo.  Miren Gálatas 4:4.  Cuando vino el cumplimiento del tiempo (kairos), Dios envió a su Hijo . . .

Cada uno de esto cuentistas relata la historia de la Navidad para dar un énfasis especial.  Mateo pondrá el nacimiento en la tradición de Mateo – He aquí uno que es más grande que Moisés quien imprimirá la ley no en piedras sino dentro del corazón humano, y será la ley de amor.  Lucas relatará la historia mediante la tradición de un pastor quien se convirtió en el Rey más grande de Israel, y hemos de saber de uno que es más grande que David.  Juan en la tradición de Job y la literatura de sabiduría nos dejará descubrir la Palabra que habló para crear mundos y ahora hace que esta Palabra, esta sabiduría, sea visible en forma humana.  Entretanto, Pablo y Marcos dicen simplemente:  ¡Ahora ha venido la hora de vivir – el Reino se ha acercado, regocijan y reciban las buena nuevas!

 Una cosa que sé.  La Navidad es un tiempo duro para los/las predicadores/as.  Podemos decir, pero no podemos relatar.  Haciéndolo correctamente con palabras es bien difícil.  Es posible que esto es por qué teólogos como Barth dijo una vez: “menos palabras en la Navidad y más canciones” – pues, “Dichosa tierra, proclamad” solamente puede tener significado cuando es cantada.  Así que, denles un poco de gracia, y que gocen de los villancicos – ¡FELIZ Navidad!

*Vean el libro por este nombre [An Exaltation of Larks en inglés] por James Lipton, 1993.