“Pentecostal Power”
Pentecost Sunday - June 4, 2017
Acts 2:1-21
By Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com
I love Pentecost. I especially like to read the text naming persons from all over the known world. No time to play favorites, everyone is there and included. And there are fireworks. It is kind of a snap, crackle, and pop moment, this strange happening.
There is a mighty wind—like the wind that swept over the world on the first day of creation. Wind, the holy breath of God.
Breath is a mystery. When I take a breath I am breathing second-hand stuff: it is the breath that Noah exhaled when the rain stopped, and Abraham, Moses and all the Saints—all creatures breathe the same breath. Does the thought of second-hand breath gross you out? On the day of Pentecost, Luke is trying to tell us that the entire creation is dependent on the breath of God. We can draw all kinds of thoughts when thinking about the breath of God. Each of us is one breath away from death. That is why I like the hymn, “Breathe on me, breath of God; fill me with life anew.” My life is nothing without the breath of God.
Fred Craddock had a different take on Pentecost. He spoke of a soft moment, like the calm after a really big storm. Just a moment when you feel a peace that you didn’t create or cause.
And you realize that life—yours and mine—is safe, cradled in the arms of the Creator.
A third take on the text is to remind ourselves that all of these people are gathered together in one place, and language is no longer a barrier—in fact, all of the barriers are down. Folks seem to be just folks. I like to think there is one place on earth where understanding and value of each life regardless of race, creed, color, gender, sexuality, nationality is found. That place is the Church of Jesus Christ—when we do it right. And it occurs to me that what was happening that day was really the creation of sanctuary—where all can be safe and protected from the power seekers of this world. And, by the way, the word sanctuary has been our word from the beginning. So take a deep breath, and enjoy the wonder of creation!
Prayer
Lord, prepare me to be a sanctuary, pure and holy, tried and true. With thanksgiving, I’ll be a living sanctuary for You. Amen.
“Poder Pentecostal”
Domingo de Pentecostés – 4 junio, 2017
Hechos 2:1-21
Por Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com
Me encanta el Pentecostés. Especialmente me gusta leer el texto nombrando a personas de todas partes del mundo conocido. No hay time para tener favoritismo, todos están e incluidos. Y hay pirotecnia. Es un momento con mucho ruido, este suceso raro.
Hay un viento recio – como el viento que movía sobre el mundo en el primer día de la creación. Viento, el aliento sagrado de Dios.
El aliento es un misterio. Cuando respiro, tomo aire de segunda mano: es el aliento que Noé exhaló cuando paró la lluvia, y Abraham, Moisés, y todos los santos – todas las criaturas respiran el mismo aire. ¿Te repugna la idea de aire de segunda mano? El día de Pentecostés, Lucas trata de decirnos que toda la creación depende del aliento de Dios. Podemos provocar toda clase de pensamientos cuando pensamos en el aliento de Dios. Para cada uno de nosotros solo nos falta una respiración antes de la muerte. Eso es por qué me gusta el himno que dice en inglés: “Respira en mí, aliento de Dios, lléname con vida nueva.” Mi vida no es nada sin el aliento de Dios.
Fred Craddock tuvo una opinión diferente sobre el Pentecostés. Habló de un momento suave, como la calma después de una tormenta muy grande. Es solamente un momento cuando siente una paz que no creaste ni causaste.
Y te das cuenta de que la vida – la tuya y la mía – es segura, acunada en los brazos del Creador.
Una tercera opción sobre la lectura es acordarnos que todas estas personas son juntadas en un lugar, y el idioma ya no es barrera – de verdad, todas las barreras han sido quitadas. Personas parecen ser simplemente personas. Me gusta creer que hay un lugar en la tierra donde se hallan la compresión y el valor de cada vida – no importa la raza, el credo, el color, el género, la sexualidad, ni la nacionalidad. Ese lugar es la Iglesia de Jesucristo – cuando lo hacemos bien. Y se me ocurre que lo ocurrió aquel día de verdad era la creación de santuario – donde todos pueden estar seguros y protegidos de los que buscan el poder de este mundo. Y, a propósito, la palabra santuario ha sido nuestra palabra desde el principio. ¡Así que respira profundamente, y goza de la maravilla de la creación!
Oración
Señor, prepárame a ser un santuario, puro y sagrado, y comprobado. Con las gracias, seré un santuario vivo para Ti. Amén.
