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The Call: Come follow me…

3rd Sunday after Epiphany
January 22, 2017
Isaiah 9:1-4; Ps. 27:1,4-9; 1 Corinthians 1:10-18
Matthew 4:12-23
By Bill Cotton   revcottonhill@hotmail.com
 
I wish it could have been dazzling, you know, me struck speechless, or hearing a loud voice, or even a whisper. But, no! Still, The Call came to me. One day I was just clear about what I must do. Actually, as a conscription soldier who was sleeping in one Sunday morning, I was volunteered to drive the Chaplain’s jeep as he made his way around to outposts for services. He was a Pentecostal preacher who thought being a Methodist was next to nothing.   
 
Following services we would stop by an orphanage that was run by Catholic sisters and a Buddhist priest. The kids were children abandoned by American soldiers who had rotated home. That winter, as week after week, we stopped by to take those children food, and later pitched them a Christmas Party –somehow I was hooked. 
 
As I read about Jesus calling those fisher folk away from their nets to follow him, I wonder how they told the story later. Best we can tell, they were faithful. The Call. Whether it was a simple word to fisher men -- “follow thou me” -- or being struck blind like Paul who was on an evil mission, or meeting hungry Asian children with pleading, blue eyes and blond hair, it happens. And really, for me there was no turning back. 
 
Epiphany Season is upon us. Matthew issues the call of Jesus, “Come follow me.” Or is it a recall for some of us? In days ahead, each of us must take a fresh look at the call, dust it off, especially in these troubled times.
 
I love the way W.H. Auden ends his Christmas Oratorio, “For the Time Being”:

He is the Way.
Follow Him through the Land of Unlikeness;
You will see rare beasts, and have unique adventures.
He is the Truth.
Seek Him in the Kingdom of Anxiety;
You will come to a great city that has expected your return
for years.
He is the Life.
Love Him in the world of the flesh;
And all its occasions shall dance for JOY.
 
Excursus: My friends Natalie and Jeff Burnham, lay members of Grace Church in Des Moines, have issued a call for us to join the Iowa Women’s March on January 21, at the State Capitol at 11 AM. There will be music, a video of  the national march, and speakers as we stand in solidarity on behalf of women and children—actually our way of life is being threatened. Showing up can help!


El Llamado
Venid en pos de mí . . .

Tercer domingo después de la Epifanía
22 enero, 2017
Isaías 9:1-4; Salmos 27:1, 4-9; 1 Corintios 1:10-18
Mateo 4:12-23
Por Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com

 
Ojalá que pudiera haber sido algo resplandeciente. Ya sabe Ud. – algo que me dejó sin palabras; algo en que oí voces, o por lo menos un susurro. Pero,¡no! Sin embargo, el Llamado vino a mí. Un día me era claro lo había de hacer. De verdad, como un soldado reclutado quien todavía estaba en la cama un domingo por la mañana, alguien me ofreció como voluntario para ser conductor del jeep del capellán en su camino a todos los puestos para los servicios. Era un predicador Pentecostal quien creía que un metodista no era nada.

 

Después de los servicios íbamos a un orfanato que fue manejado por una monjas católicas y sacerdote budista. Los niños eran hijos abandonados por soldados americanos quienes habían regresado a casa. Ese invierno, semana tras semana, íbamos al orfanato para traerles comida a los niños, y tener una fiesta de Navidad – pues me encontré enganchado.


Como leo acerca de Jesús llamando a los pescadores que dejaran sus redes y que vinieran en pos de él, me pregunto cómo relataban la historia más tarde. Lo mejor que sabemos es que eran fieles. El Llamado. Sea una palabra simple a los pescadores – “ven en pos de mí” – o sea la ceguera de Pablo quien estaba en una misión malvada, o conociendo a niños asiáticos que tenían hambre con ojos azules de súplica y pelo rubio, ocurre. Y de verdad, para mí no existía la posibilidad dejar el camino.


La temporada de la Epifanía ya está aquí. Mateo anuncia el llamado de Jesús, “Venid en pos de mí.” O, ¿es algo que evoca la memoria del llamado para algunos de nosotros? En los días que vienen, todos tenemos que mirar el llamado otra vez, sacar el polvo, especialmente en estos tiempos afligidos.


Me encanta la manera en que W. H. Auden termina su Oratorio de Navidad, “Por el momento”:
 
Es el Camino.
Sígale por la Tierra de Diferencias;
Verá bestias raras, y tendrá aventuras singulares.
Es la Verdad.
Búsquelo en el Reino de Ansiedad;
Vendrá a una gran ciudad que ha esperado su regreso
durante años.
Es la Vida.
Ámelo en el mundo de la carne;
Y todas sus ocasiones bailarán por ALEGRÍA.
 
Excursus: Mis amigos Natalie y Jeff Burnham, miembros laicos de la Iglesia Gracia en Des Moines, nos han llamado a juntarnos con la Marcha de Mujeres en Iowa el 21 de enero, en el capitolio del estado a las 11 de la mañana. Habrá música, un video de la marcha nacional, y oradores mientras nos paramos en solidaridad por las mujeres y los niños – pues de verdad nuestro estilo de vida es amenazado. ¡El presentarse sí puede ayudar!