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“Do Unto Others…”

All Saints Sunday
November 6, 2016
Luke 6:20-31
By Bill Steward: whsteward@mediacombb.net

 
Our All Saints gospel highlights teachings from Jesus’ Sermon on the Plain. (Luke 6:20-49)
In Luke 6: 20-26, Jesus congratulates “the poor” (not “the poor in spirit” as in Matthew 5:3) and adds “Woes”—warnings to those who are rich, satisfied, and universally praised. (Luke 6:20-26)
Then Jesus cites teachings central to his way of living—“Love your enemies, do good to those who hate you…Give to everyone who begs from you…” (Luke 6: 27-30)

Finally the clincher: “Do unto others as you would have them do to you.” (6:31)

Jesus’ last word for us on this All Saints Day is the Golden Rule. What can a preacher do with that?
 
I have sometimes (often) thought my sermonizing on the lacerating and lethal teachings of Jesus only served to distance my hearers from his ethical demands, to mush things up, to turn the flaming sword of the gospel into a butter knife.

That’s easy to do with the Golden Rule. Make it a platitude, a “universal truth.”  Give it no historical context.

That was never Jesus’ way. He was specific. He named names. (And, so, was crucified.) 

In Luke 6:31 Jesus is saying: “Look around! This is how I call you to live: Do to lepers, beggars, slaves, Samaritans, prisoners, prostitutes, women, children, refugees, migrants, tax-collectors, Roman soldiers, land-owners, enemies as you would have them do to you. No exceptions!”

Jesus is not moralizing here (that’s a dead-end in preaching or teaching) but doing something much more radical: Calling disciples to imagine themselves and their neighbors in new ways— related to one another and responsible for one another.
 
We preachers don’t always major in imagination—so we’re smart to stay close to poets, artists and story-tellers.

Drew Seminary professor of Constructive Theology, Catherine Keller, does so in her new book ON THE MYSTERY: DISCERNING DIVINITY IN PROCESS: “(Leo) Tolstoy, who began reading the scripture seriously only after the age of fifty, defines the gospel simply indeed: ‘to act to others as we wish them to act to us.’  In the context of his writings on nonviolence, the Golden Rule radiates both personal and political relevance.”   

(Google Tolstoy’s brief story “The Old Grandfather and His Little Grandson”—tweaks everyone’s moral imagination.)

Another Russian literary icon, the poet Yevgeny Yevtushenko, told about a moment in 1944 when 20,000 German war prisoners were marched through the streets of Moscow, wearing blood-stained bandages, hobbling on crutches. At one point, an old, ill-clad Russian woman pushed through a police line, approached the column of German soldiers and pushed a bread crust into the pocket of an exhausted, staggering soldier. Suddenly from all sides women were running to these soldiers, pushing bread, cigarettes, whatever they had, into their hands. 

For Yevtushenko it was evidence that human compassion has resources that transcend powerful hatreds.

A good word for all the saints this Sunday—and for the last week of our Presidential election.


“Hagan Uds. con los demás . . .”

Domingo de Todos los Santos
6 noviembre, 2016
Lucas 6:20-31
Por Bill Steward: whsteward@mediacombb.net

 
Nuestro evangelio para Todos los Santos recalca las enseñanzas del Sermón en la Llanura.  (Lucas 6:20-49)
 
En Lucas 6:20-26, Jesús felicita a “los pobres” (no a “los pobres en espíritu” como en Mateo 5:3) y añade los “ayes” – advertencias a los que están ricos, satisfechos, y alabados universalmente.  (Lucas 6:20-26)
 
Entonces Jesús cita las enseñanzas centrales a su modo de vivir – “Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian . . . A cualquiera que te pida, dale . . .” (Lucas 6:27-30)
 
Por fin el factor decisivo: “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.”  (6:31)
 
La última palabra de Jesús para nosotros este Día de Todos los Santos es la Regla de Oro.  ¿Qué puede hacer un/a predicador/a con eso?
 
Algunas veces (frecuentemente) he pensado que mis sermones sobre las enseñanzas letales – las que hieren – de Jesús solamente servían a distanciarse a mis oyentes de sus demandas éticas, servían oscurecer las cosas, convertir la espada ardiente del evangelio en un cuchillo para untar.  Es muy fácil hacer eso con la Regla de Oro.  Hacerla un cliché, una “verdad universal.”  Darla sin contexto histórico.
 
Eso jamás fue la manera de Jesús.  Era específico.  Nombró los nombres.  (Y, así, fue crucificado).
 
En Lucas 6:31 Jesús dice: “¡Miren alrededor!  Esto es cómo los llamo a vivir: Hagan a leprosos, a mendigos, a esclavos, a samaritanos, a prisioneros, a prostitutas, a mujeres, a niños, a los refugiados, a emigrantes, a publicanos, a soldados romanos, a propietarios, a enemigos como quieren que hagan con Uds.  ¡No hay excepciones!
 
Jesús no moraliza aquí (es una calle ciega en la prédica o en la enseñanza) pero hace algo mucho más radical: Llama a los discípulos que se imaginen a sí mismos y a sus prójimos en nuevas maneras – como parientes y como personas que son responsables unos a otros.
 
Nosotros predicadores no enfatizamos la imaginación – así que es inteligente acercarnos a los poetas, a los artistas, y a los cuentistas.
 
El profesor en el Seminario de Drew quien enseña la Teología Constructiva, Catherine Keller, hace esto en su nuevo libro EN EL MISTERIO: DISCERNIENDO LA DIVINIDAD EN PROCESO: “(Leo) Tolstoy, quien comenzó a leer las escrituras seriamente sólo después de cumplir cincuenta años de edad, define el evangelio verdaderamente sencillamente: ‘el actuar a otros como queremos que ellos actúen a nosotros.”  En el contexto de sus escrituras sobre la no violencia, la Regla de Oro radia la relevancia ambos personal y política.”
 
(Busque en Google el cuento corto de Tolstoy “El Viejo Abuelo y Su Pequeño Nieto” – pica la imaginación moral de todo el mundo.)
 
Otro icono literario ruso, el poeta Yevgeny Yevtushenko, relató un momento en 1944 cuando 20,000 alemanes, prisioneros de guerra, fueron marchados por las calles de Moscú, llevando bandejas manchadas con sangre, cojeando en muletas.  En un punto, una mujer rusa, vestida mal empujó por la línea de policías, se acercó a la línea de soldados alemanes y puso un pedazo de pan en el bolsillo de un soldado agotado y tambaleante.  De repente, de todos lados mujeres corrieron a estos soldados, poniendo pan, cigarrillos, lo que tenían, en las manos.
 
Para Yevtushenko fue evidencia que la compasión humana tiene recursos que sobrepasan los odios poderosos.
 
Una buena palabra para todos los santos este domingo – y para la última semana de nuestras elecciones presidenciales.