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That Little Man in the Tree

October 30, 2016
2 Thess 1:1-4, Ps 119 
Luke 19:1-10
By Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com

The sermon could be in honor of Reformation Day, but Luke offers us the story of Zacchaeus the Tax Collector and who could resist. We grew up singing that song begging Zacchaeus to come down from that tree. Well, careful research may ruin the song for some. After all, Zacchaeus worked in a forbidden profession. Tax collectors were on the same level as swine herders—outside the community and certainly no son of Abraham would claim this profession.

But he was rich, and when Jesus invites himself to dinner at the little man’s house, Zacchaeus is surprised and grateful. He will offer one-half of his fortune to the poor. And he offers to pay back those who he defrauded. (Wells Fargo, are you listening?) Of course, the community is grumbling that Jesus would feast in the home of a sinner.

Luke continues his picture of Jesus going to those who are outside the camp. Bit by bit, the folks who need walls to separate the clean from the unclean are beginning to see where Jesus is leading them. Luke simply pictures Jesus as the one who will break down and ignore every divisive wall.

Come to think of it; this text might just be a good Reformation Day sermon text. When Luther took his stand—walls tumbled everywhere, doors opened, bringing a new birth of human freedom.

When Christ sets us free, opens the doors to those believed unclean, the shadow of the cross mars the celebration. After all, Jesus is on his way toward Jerusalem, where he will cleanse the temple—indeed, he will declare it a place of prayer for all nations!      

Prayer: God, help us to be more loving, more accepting, more open to those outside the camp. Give us the gift of love that drives out all fear as we strive to open up the church to everyone.  Amen

The amazing William Steward will be writing the MEMO for the Sundays in November.


Aquel hombre pequeño en el árbol

30 octubre, 2016
2 Tesalonicenses 1:1-4, Salmos 119, Lucas 19:1-10
Por Bill Cotton revcottonhill@hotmail.com

El sermón podría ser en honor del Día de la Reformación, pero Lucas nos ofrece la historia de Zaqueo el publicano y quien puede resistir.  Muchos de nosotros crecimos cantando una canción pidiendo que Zaqueo baje de ese árbol.  Es posible que investigación cuidadosa pueda arruinar la canción para algunos.  Pues, Zaqueo trabajaba en una profesión prohibida.  Los que cobraban impuestos estaban en el mismo nivel como los porqueros – fuera de la comunidad y definitivamente ningún hijo de Abraham reclamaría esta profesión.

Pero era rico, y cuando Jesús se invita a cenar en la casa del hombre pequeño, Zaqueo esta sorprendido y agradecido.  Les ofrecerá la mitad de su fortuna a los pobres.  Y ofrece devolver el dinero a los que han sido defraudados.  (¿Estás escuchando, Wells Fargo?)  Claro, la comunidad se queja que Jesús cene en la casa de un pecador.

Lucas sigue el escenario de Jesús yendo a los que se encuentran fuera del campo.  Poco a poco, los que necesitan que las paredes separen a los limpios de los impuros comienzan a ver adonde Jesús los guía.  Lucas simplemente describe a Jesús como el que romperá e ignorará cada pared divisiva.

Al pensar en esto, es bien posible que este texto sirva para el texto del Día de la Reformación.  Cuando Lutero tomó su posición – las paredes se cayeron en todas partes, puertas abrieron, trayendo un nuevo nacimiento de la libertad humana.

Cuando Cristo nos libra, cuando abre puertas a los que otros creían impuros, la sombra de la cruz daña la celebración.  Pues, Jesús está en camino a Jerusalén, donde limpiará el templo – ¡de verdad, lo declarará un lugar de oración para todas naciones!
 
Oración: Dios, ayúdanos a ser más cariñosos, más aceptadores, más abiertos a los que están fuera del campo.  Danos el don de amor que expulsa todo temor mientras nos esforzamos a abrir la iglesia a todos.  Amén.
 
El increíble William Steward escribirá el Memorándum para los domingos en noviembre.